Caso Volkswagen
Desde que se destapó hace unos días el caso del escándalo Volkswagen parece que todo el mundo habla de esta noticia. Para quien desconozca todavía lo sucedido, los ingenieros habían instalado un software que permitía que el coche activara un mecanismo en el que demostraba que su expulsión de gases era normal cuando se realizaban las comprobaciones. Aunque emitían hasta 40 veces más gases tóxicos que los permitidos.
Cuando estalló la noticia, se envió un Comunicado Oficial fomentando la tranquilidad de los clientes y asegurando que los coches seguían siendo igual de seguros que antes, y, que desde la organización estaban trabajando para ofrecer una solución a aquellos vehículos afectados.
El mismo día que se emitió el comunicado, las redes sociales y los distintos medios de comunicación comenzar a publicar contenido negativo de la empresa. Por lo que había un problema, una crisis. Y no solo con los usuarios de coches afectados, también por la mala imagen y reputación que se ha creado. Además, la gente que había adquirido un coche hacía poco tiempo llegaba a aseguraba que se arrepentía de haber adquirido un automóvil de la marca.
Además este problema afectaba también a la imagen y reputación del resto de marcas que pertenecen al mismo grupo, como Seat, Skoda, Porche, Lamborginni, Audi, Scania o Bugatti.
Sin duda ahora la empresa se encuentra sumida en una gran crisis en la que va a tener que realizar un gran trabajo de imagen si no quiere caer hasta el fondo.
Una empresa que había vendido fiabilidad, seguridad, estabilidad y tranquilidad. Una empresa que también había trabajado en acciones RSC en favor del medio ambiente. No es tarea fácil, porque los usuarios se sienten engañados y estafados, ya que ha sido de forma consciente y premeditada.
Toda la corporación deberá trabajar ahora en la imagen corporativa, la reputación y la marca. Los tres pilares fundamentales en la comunicación de una empresa.
Lo más eficaz después sufrir un escándalo corporativo a este nivel es reconocer la existencia del problema y poner en marcha un programa de comunicación que trate de paliarlo. No deberían adoptar una postura de autodefensa, pues le otorga menos credibilidad al público.
Sin duda el escándalo no se olvidará pronto, por el momento parece que están actuando bien al admitir los errores e intentar trabajar en ellos, aunque todavía podrían “mojarse” un poco más debido al tamaño del fraude y a la cantidad de personas que afecta que han pagado su coche pensando que ayudaban al medio ambiente.
Por lo tanto Volkswagen tiene un importante reto por delante: recuperar la confianza del público. debe ser lo que decía ser y decir ser lo que es.